Es una encíclica redactada por Juan Pablo II y publicada el 6 de agosto de 1993. Trata sobre algunas cuestiones fundamentales de la Enseñanza Moral de la Iglesia.
La moral proviene de los términos de latín morales, de mos, moris, costumbre. Este termino no puede ser percibido o apreciado por ninguno de los sentidos sino por el entendimiento, la conciencia, el conocer y el saber que no es campo para otras personas sino que cada uno tiene su misma moral que estará influida por las jurídicas, religiosas.
Otra definición puede ser “el conjunto de facultades del espíritu, por contraposición del fisco” En resumen es como el estado de animo de cada persona o de un grupo (como la moral de la religión católica que son como una norma los mandamientos).
La moral al ser una serie de normas que se utiliza en la sociedad, en la religión, en uno mismo que luego se utiliza en leyes, normas religiosas (mandamientos, coran...), este termino se puede utilizar en términos positivos o negativos inmoral, amoral. Esto se elige según unos criterios morales dando a la ética. El estudio de la moral se relaciona con el estudio de todo los que hace el hombre en su completa libertad.
La moral teológica es la norma que basan la revelación divina y que enseña a las personas a como se tienen que comportar y actuar ante la voluntad de Dios, es decir, el estudio del comportamiento de cada persona ante un poder sobrenatural y que esos actos estarán influidos por diversos factores como la tradición, la política, la religión, etc.
El significado moral del cuerpo humano ha de ser visto en este contexto. La libertad humana no puede ignorar que es una libertad encarnada, es decir, que se realiza o se pierde en la unidad inseparable de cuerpo y alma en la que se constituye la persona humana. El cuerpo y sus dinamismos tienen por eso un significado moral; no porque la biología se constituya en un principio de la ética, sino porque la persona no se da sin su dimensión corporal. Es "a la naturaleza propia y originaria del hombre, a la 'naturaleza de la persona humana', que es la persona misma en la unidad de alma y cuerpo", a la que se refiere la ley natural.
Por eso, hablar de la universalidad y permanente validez de la ley moral, en cuanto ley natural, no significa ignorar la dimensión histórica ni la unicidad de los seres humanos, sino remitir a todos los hombres de cualquier época y condición al mismo bien común de todos ellos, ya que todos han sido creados para "la misma vocación y destino divino". Transgredir los preceptos negativos de la ley natural, que salvaguardan la identidad y los bienes intangibles de la persona, "en ningún caso es compatible con la bondad de la voluntad de la persona que actúa, con su vocación a la vida con Dios y a la comunión con el prójimo" .Y, a la inversa, en la observancia incondicional de dichos preceptos se halla la base sólida de la convivencia justa en el respeto a la dignidad de la persona y a sus derechos y deberes fundamentales.
Aqui te dejo el link donde podras leer completamente la encíclica
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_06081993_veritatis-splendor_sp.html